Rojo, blanco y sangre azul. Casey McQuiston

Queridxs lectorxs, qué ganas tenía yo de traeros esta maravillosa novela. Hay que darle visibilidad al colectivo, por supuesto. Además, es que es una historia preciosa, divertidísima…

Comencemos con las cosas buenas que he creído conveniente destacar. La dinámica Alex – Henry es lo mejor que encontraréis en este libro y que falta en muchos otros. Un tira y afloja continuo, divertidísimo hasta el punto de sacarte sonoras y sinceras carcajadas. Son tan distintos que cuesta creer que vayan a terminar juntos, pero a la vez se complementan.

«¿Cuándo he fingido yo, desde el primer momento que te toqué, otra cosa que estar nota enamorado de ti? ¿Tan egocéntrico eres que piensas que aquí lo importante eres tú y si yo te quiero o no, en vez del hecho de que yo soy un heredero de la puñetera Corona? Por lo menos tú tienes la capacidad de terminar no escogiendo una vida pública, en cambio yo viviré y moriré en estos palacios y en esta familia, así que no te atrevas a venir a cuestionar si te quiero o no, cuando eso es lo que podría acabar destrozándolo todo».

Henry

Se ponen sobre la mesa cuestiones sociales muy importantes: Lo atrasadas que están las monarquías mundiales en cuanto a prácticamente todo, y lo que sufren los que han nacido en ellas. Su destino está escrito por nacimiento y no pueden escoger. O eso es lo que creemos todos, incluso ellos.

«¿Es que no lo ves? Yo no soy como tú. No puedo permitirme el lujo de actuar de forma imprudente. No tengo una familia que me apoye. No voy por ahí plantándole a todo el mundo en la cara quién soy y soñando con hacer carrera en la puñetera política para que el mundo entero me escudriñe todavía más y me diseccione de arriba abajo. Puedo quererte a ti, y desear tenerte, y al mismo tiempo no desear esa vida. Se me permite, cierto, y eso no me convierte en un mentiroso, sino en una persona que tiene un grado infinitesimal de instinto de conservación, a diferencia de ti, y no puedes venir aquí y llamarme cobarde por ello».

Henry

Hace declaraciones durísimas contra el conservacionismo y el feroz escrutinio de la prensa hacia la Corona británica, que como todos hemos visto, es implacable.

«(…) siempre me he visto a mí mismo como un problema que merecía permanecer oculto (…)».

Henry

Se me rompe el corazón pensando que todavía hoy en día existen personas que piensan esto. Os diré algo, amad a quien os dé la gana. No tenéis ningún problema, ni ninguna enfermedad. La tienen aquellxs que quieren arrebataros vuestros derechos, aquellxs que no os respetan, aquellxs que continúan viviendo en el siglo XIV. Sois unxs valientes por levantaros cada día y ser vosotrxs mismxs, porque no os dejáis pisotear. Y para aquellos que como Henry estáis «ocultos», respetamos vuestra decisión de continuar así o no, pero preguntaros, ¿me siento completo? ¿Soy feliz?

«A veces pienso que sigo viniendo porque por más sitios que haya visitado, o por más personas que haya conocido, o por más libros que haya leído, este lugar constituye la prueba de que jamás lograré aprenderlo todo. Es como Westminster; cuando uno mira cada relieve o cada vidriera, se da cuenta de la inmensidad de historias que contiene, se da cuenta de que todo ha sido puesto en ese sitio por un motivo concreto. Todo tiene un significado, una intención».

Henry

Los constantes guiños a la poesía, la correspondencia, el arte y la reinterpretación de la historia desde un punto de vista LGTBIQ+, son una absoluta fantasía. ¿¡Por qué no se hace esto en más libros!? Debemos aprender, entender, reflexionar… porque así podremos empatizar con los demás, que es lo más bonito que tenemos los seres humanos.

El capítulo extra es una delicia que te muestra el futuro de ambos, llegando incluso hasta 2026.

Bien, ahora pasaremos a las cositas menos buenas, que serán objeto de una pequeña crítica constructiva por mi parte.

A la historia le cuesta arrancar, hasta el capítulo tres no empieza a generarte interés real por lo que estás leyendo. Esto no debe ser tomado como algo terrible, ya que pasa la mayoría de las veces, es algo típico y normal que lleve unas páginas encender.

Se hacen pesados algunos capítulos por lo largos que son y lo mucho que hablan de política. Entiendo que la vida de Alex es la política, pero a mí se me hace un poco coñazo porque no es un tema que sea de mi agrado, aunque sí reconozco que habla también de cuestiones muy vigentes hoy día, muy importantes y muy polémicas. Por ejemplo, el hecho de que la escena del baile sea en una capilla… Entiendo por qué en la película lo cambiaron por un museo, puede resultar problemático para cierto público, pero también es reivindicativo, transgresor, y me gusta, no me escondo.

Según avanza la relación de los protagonistas, se vuelven excesivamente pastelosos para mi gusto. Llega un punto en el que pasan de ser adorables a ser cansinos. Se me ha hecho duro terminar el libro porque eso me ha hecho perder un poco el interés, la extensión de los capítulos, la pesadez de algunas tramas, temas… Pero te recomiendo que lo leas, porque es divertidísimo, vas a aprender y a pasar un buen rato.

¿Vosotrxs qué opináis? Os leemos en los comentarios

Bibliografía

McQuiston, Casey, Rojo, blanco y sangre azul, 2019

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